El ser humano es el que más tarda en alcanzar la plena madurez cerebral.
Las áreas sensoriales maduran durante la primera infancia, el sistema límbico durante la pubertad, y el autodominio emocional, la comprensión y las respuestas ingeniosas, durante la adolescencia , entre los 16 y 18 años.
La infancia es una oportunidad crucial para modelar las tenencias emocionales de toda una vida. Por ejemplo: una madre escucha a su bebé llorar, lo alza, lo acuna en sus brazos, hasta que lo calma. Esta sintonía, ayuda al niño a empezar a aprender a hacer lo mismo él solo.