Colores en el cielo...
martes, 29 de mayo de 2012
domingo, 27 de mayo de 2012
sábado, 26 de mayo de 2012
viernes, 25 de mayo de 2012
Nunca mas a mi lado - No Te Va A Gustar
Nunca mas a mi lado- No te va a gustar
Salió así su bravura cobarde infernal
Tristemente aceptada, normal
Hizo de eso un defecto género movimiento
Violento en su ser
Nunca más pudo ella volver
Fue el silencio en esencia♫
“Esta ansia irracional de dominio, de control, de poder sobre la otra persona es la fuerza
principal que alimenta la violencia doméstica entre las parejas”.
Si tu vois ma mere...
Medianoche en París... HERMOSA PELÍCULA, en especial para las personas que les gusta el arte :)
jueves, 24 de mayo de 2012
Personas agradables...
Me caen bien las personas que dicen lo que piensan, por más que no estén de acuerdo con mi forma de pensar. Siempre y cuando, al desacuerdo lo digan con buenas palabras.
Lucy Diamond
Lucy Diamond
Personas molestas...
Algo que caracteriza a las personas irritables es que tratan de caerles bien a todo el mundo, y no sólo eso, sino también que tratan de coincidir con los pensamientos de todos.
Lucy Diamond
Lucy Diamond
Orfeo y Eurídice
El semidiós Orfeo, hijo del dios Apolo y de Clío, la musa de la Historia, era príncipe de Tracia. Además de ser un hermoso guerrero, era un músico extraordinario. Por eso se había hecho muy famoso, ya que poseía una gran maestría para tocar la lira. Tal era su talento que, cuando tocaba o cantaba, los animales salvajes acudían para oírlo y los mismos árboles se mecían dulcemente, las rocas se desgajaban de las montañas, atraídas por la irresistible melodía y los ríos suspendían su rápido curso para no perturbar, con el murmullo de sus aguas, aquella música divina.
Orfeo tuvo una actuación muy especial durante la expedición de los Argonautas, ya que mediante sus cantos fijó definitivamente a las Simplegadas, rocas terribles que, al moverse, amenazaban con su presencia a los navíos. Pero, además, su música adormeció al dragón que guardaba el Vellocino de Oro, y venció a las Sirenas, lo que permitió que los Argonautas escaparan de sus irresistibles voces. Por eso, cuando regresó de esa expedición, se le dio por esposa a una hermosa ninfa, llama Eurídice, a la que Orfeo amó apasionadamente.
Pero un día la muchacha se internó en un pastizal, huyendo de la persecución de Aristeo, y una víbora oculta entre la hierba la mordió y le causó la muerte.
Orfeo, desesperado, intentó aliviar su dolor vagando por los bosques y las montañas: llevada consigo su lira, inseparable compañera. Pero nada podía hacerle olvidar a su esposa: su bello rostro, sus delicados gestos, su fina inteligencia. Entonces, decidió a bajar al Hades para recuperarla, pese a que el descenso al mundo subterráneo era una empresa difícil para un ser humano viviente.
Así fue como Orfeo, una noche, bajó al reino de los muertos, haciendo sonar su divina lira. Al oírlo, las Sombras se despertaron y, ligeras como fantasmas encantados, lo rodearon. También las serpientes que se debatían sobre las cabezas de las Erinias se aplacaron y dejaron de silbar como lo hacían siempre. Y hasta el Cancerbero dejó de lanzar los espantosos aullidos de sus tres enormes gargantas. Sin excepción, todas las cosas, todos los habitantes del submundo parecieron inmovilizarse ante el músico que pasaba entre ellos sonando su instrumento musical. Hasta Hades y Perséfone, los soberanos de los Infiernos, lo escucharon y se conmovieron profundamente: Orfeo le cantaba a su esposa con pasión tan dolorida, que su acento tuvo eco en el corazón de los dioses.
-Te devolveremos a Eurídice-le dijo Plutón-pero con una condición: debes prometer que la llevarás hasta la luz del día sin darte vuelta para mirarla; sólo podrás hacerlo cuando las puertas del Hades se hayan cerrado detrás de ti y de tu esposa.
Orfeo prometió que eso haría, dichoso por lo que se le estaba concediendo.
Y así fue como, seguido por su esposa, se dirigió a la salida del reino de los muertos. Sin embargo, cuando poco faltaba para llegar hasta el final, Orfeo, cediendo al deseo incontenible de mirar el rostro de Eurídice, olvidó la condición impuesta: se dio vuelta y su mirada encontró a la de su esposa. En el acto, esta fue devorada por la sombra y desapareció para siempre de la vista de Orfeo.
En cano la buscó él, afanosamente, entre las lívidas aguas de la laguna Estigia y en el oscuro fango de las cavernas. Y como el barquero Caronte no le permitió quedarse en el Hades, porque los vivos no pueden permanecer en el oscuro reino, el músico exquisito tuvo que regresar, desconsolado, a la tierra.
El dolor inconsolable de Orfeo, que llenaba con sus lamentos toda Tracia, provocó el enojo de las Bacantes, quienes, irritadas y celosas de la fidelidad que Orfeo profesaba a su esposa, primero se burlaron del desdichado cantor y por fin terminaron despedazándolo. Pero las Musas, que siempre lo habían amado, recogieron sus restos y los enterraron al pie del mismo monte Olimpo.
Versión de un mito griego.
Orfeo tuvo una actuación muy especial durante la expedición de los Argonautas, ya que mediante sus cantos fijó definitivamente a las Simplegadas, rocas terribles que, al moverse, amenazaban con su presencia a los navíos. Pero, además, su música adormeció al dragón que guardaba el Vellocino de Oro, y venció a las Sirenas, lo que permitió que los Argonautas escaparan de sus irresistibles voces. Por eso, cuando regresó de esa expedición, se le dio por esposa a una hermosa ninfa, llama Eurídice, a la que Orfeo amó apasionadamente.
Pero un día la muchacha se internó en un pastizal, huyendo de la persecución de Aristeo, y una víbora oculta entre la hierba la mordió y le causó la muerte.
Orfeo, desesperado, intentó aliviar su dolor vagando por los bosques y las montañas: llevada consigo su lira, inseparable compañera. Pero nada podía hacerle olvidar a su esposa: su bello rostro, sus delicados gestos, su fina inteligencia. Entonces, decidió a bajar al Hades para recuperarla, pese a que el descenso al mundo subterráneo era una empresa difícil para un ser humano viviente.
Así fue como Orfeo, una noche, bajó al reino de los muertos, haciendo sonar su divina lira. Al oírlo, las Sombras se despertaron y, ligeras como fantasmas encantados, lo rodearon. También las serpientes que se debatían sobre las cabezas de las Erinias se aplacaron y dejaron de silbar como lo hacían siempre. Y hasta el Cancerbero dejó de lanzar los espantosos aullidos de sus tres enormes gargantas. Sin excepción, todas las cosas, todos los habitantes del submundo parecieron inmovilizarse ante el músico que pasaba entre ellos sonando su instrumento musical. Hasta Hades y Perséfone, los soberanos de los Infiernos, lo escucharon y se conmovieron profundamente: Orfeo le cantaba a su esposa con pasión tan dolorida, que su acento tuvo eco en el corazón de los dioses.
-Te devolveremos a Eurídice-le dijo Plutón-pero con una condición: debes prometer que la llevarás hasta la luz del día sin darte vuelta para mirarla; sólo podrás hacerlo cuando las puertas del Hades se hayan cerrado detrás de ti y de tu esposa.
Orfeo prometió que eso haría, dichoso por lo que se le estaba concediendo.
Y así fue como, seguido por su esposa, se dirigió a la salida del reino de los muertos. Sin embargo, cuando poco faltaba para llegar hasta el final, Orfeo, cediendo al deseo incontenible de mirar el rostro de Eurídice, olvidó la condición impuesta: se dio vuelta y su mirada encontró a la de su esposa. En el acto, esta fue devorada por la sombra y desapareció para siempre de la vista de Orfeo.
En cano la buscó él, afanosamente, entre las lívidas aguas de la laguna Estigia y en el oscuro fango de las cavernas. Y como el barquero Caronte no le permitió quedarse en el Hades, porque los vivos no pueden permanecer en el oscuro reino, el músico exquisito tuvo que regresar, desconsolado, a la tierra.
El dolor inconsolable de Orfeo, que llenaba con sus lamentos toda Tracia, provocó el enojo de las Bacantes, quienes, irritadas y celosas de la fidelidad que Orfeo profesaba a su esposa, primero se burlaron del desdichado cantor y por fin terminaron despedazándolo. Pero las Musas, que siempre lo habían amado, recogieron sus restos y los enterraron al pie del mismo monte Olimpo.
Versión de un mito griego.
La Rosa Mutable
Cuando se abre en la mañana,
roja como sangre está.
El rocío no la toca
porque se teme quemar.
Abierta en el mediodía
es dura como el coral.
El sol se asoma a los vidrios
para verla relumbrar.
Cuando en las ramas empiezan
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal.
Y cuando toca la noche
blanco cuerno de metal
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro,
se comienza a deshojar.
Federico García Lorca
miércoles, 23 de mayo de 2012
Amistades...
Siempre vale más tener solo dos, tres o cinco amigos/as, que 12,porque seguramente deben ser muy falsos...
A mi me pasa que aveces mi hermana es una mejor amiga...
martes, 22 de mayo de 2012
lunes, 21 de mayo de 2012
sábado, 19 de mayo de 2012
Psicología y pedagogía en el Origami
Ahora relacionemos la rama de la pedagogía con su compañera de siempre: La psicología.
Se ha comprobado que la papiroflexia ayuda a los problemas psíquicos y
psicológicos, ya que el estar concentrado realizando una actividad
manual ayuda al desahogo, estimula los procesos mentales que, su
finalidad es alejar al paciente de sus obsesiones y temores. En algunas
universidades israelíes se realizan estudios vinculados con estudiantes
que presentan déficit atencional y que son fuertemente estimulados
mediante el mecanismo de doblar papel; en el Hospital Carlos Holmes Trujillo, de Cali,
este arte se está utilizando desde hace unos años en el tratamiento de
niños con problemas emocionales como dificultades de atención, expresión
e hiperactividad.
La papiroflexia utilizada como herramienta o como terapia, en una
sesión, se comparten sentimientos y conocimientos, ayuda a resolver los
problemas, se experimenta una comunicación no verbal,
un escenario de metas u objetivos, una oportunidad de un acercamiento
no amenazante, un apoyo psicológico (llevar al sentimiento de la
aceptación cuando se toma tiempo para demostrar lo positivo), una
oportunidad para disfrutar y relajar un futuro pasatiempo, entre otras experiencias que se viven cuando se aplica el origami para la rehabilitación del paciente.
Tema de hoy: el amor y el miedo a amar...
Algunas caídas son el medio para levantarse a situaciones más felices.
William Shakespeare
William Shakespeare
El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen."
- Fuente: El mercader de Venecia, 2.º acto, escena VI
domingo, 13 de mayo de 2012
sábado, 12 de mayo de 2012
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